miércoles, 13 de enero de 2010

oratoria social








ORATORIA SOCIAL





La oratoria social es en verdad difícil, porque las reuniones o convivencias donde se dicen muchas cosas y muy variadas, la oratoria no lo puede resumir en una frase temática su finalidad total y real, ni siquiera la visible y tangible como los otros tipos de oratoria.
La oratoria social tiene como fuente de inspiración el motive que puede recaer en personas u objetos; pero siempre en un acto donde se manifiestan el sentimiento y la emoción, pero con cauces distintos.
La oratoria social tiene, su propia y muy marcada característica, ya que siempre encauza la esencia misma del discurso hacia la persona o personas u objetos motivos del acto, con la única responsabilidad de que la oratoria se exprese con cortesía, respeto, Buena voluntad, etc.…
En cada convivencia, acto u ocasión especial, el orador selecciona la forma, pero lo común de la oratoria social esta en fuerza afectiva con que se expresa el pinzamiento, que a modo de ofrenda, representa un obsequio a lo que es su objeto.
Si, como ya asentamos, la oratoria social encauza la esencia misma del discurso asía la persona, personas u objeto motive del acto, el orador procurara no diluir el contenido de su mensaje, sino procurara entregarlo directamente; para ello, ha de cuidar la integración de su pieza oratoria.

Si el orador comienza con un saludo convencional, no podrá entregar el contenido del pensamiento directamente a quien o quienes van dirigidos, para ello deberá dividir la pieza oratoria en partes bien marcadas, saludando convenientemente en cada una de ellas y con el contacto correcto.










Ejemplo:


El quincuagésimo aniversario de una generación de ingenieros.


Orador: Ing. Antonio Miguel, miembro de la generación 1933.
Discurso pronunciado el 5 de febrero de 1983.

Motivo: El quincuagésimo aniversario de haber ingresado en la extinta escuela Nacional de Ingenieros.

Ubicación: solan de actos del palacio de minería.

Concurrencia: El director de la facultad de ingeniería con representación del Sr. Rector de la UNAM, profesor de la generación, integrantes de la generación acompañados de sus esposas y familiares, así como amigos.




1_Señor Octavio Rascón Chávez, Director de la facultad de ingeniería (con este saludo, el orador agradece en nombre de su generación, la presencia del señor director y la representación con la que ha sido investido, con la significación que adquiere el acto).

2_Querida escuela, (Con este saludo concreta su gratitud hacia la escuela en la que se formaron y evoca el grato recuerdo).

3_Maestros queridos, (El orador se dirige a los pocos maestros que pudieron acompañarlos en tan emotiva ceremonia. Aprovecha para recordar e integrar a los maestros).

4_Amigos invitados,(Con este saludo y unas cuantas palabras el orador agradece la compañía de los amigos).

5_Esposas queridas. (Aquí el orador como ofrenda y en nombre de sus compañeros, entrega su gratitud y amor a todas las esposas).

6_Compañeros de generación, (En esta parte más extensa del mensaje, porque el orador recuerda algo en particular de algunos compañeros desaparecidos. El orador continua su mensaje hacia los compañeros para quienes les entrega una exhortación).



jueves, 7 de enero de 2010

Decimo aniversario de la planta Panasonic


Orador: Ing. Jesús Espitia España, miembro de la generación 2005.
Discurso pronunciado el día 14 de Diciembre del 2009.

Motivo: Decimo aniversario de la planta Panasonic.

Ubicación: Planta de Panasonic, Chalco Edo de México.
Av. Tizapa s/n colonia casco de San Juan.

Concurrencia: Sr. Gabriel Morales Piña(representante de los accionistas ), Sr. José Armando hoyos y Pedro Cadena Martínez ( gerentes de planta)Mario Cordero Alcántara ( secretario general del sindicato) y trabajadores de la planta.




Sr. Gabriel Morales Piña representante de los accionistas de la planta Panasonic y gerentes de la planta Sr. José Armando hoyos y Pedro Cadena Martínez.

En presencia de ustedes, para cada uno de los accionistas, dejamos muestra de nuestra satisfacción y agrado, del trato que hemos recibido y por la forma en que hemos presenciado el recorrido y evolución de esta planta llamada Panasonic.

Donde no solo a sido un lugar de trabajo, sino que también un lugar de nuevas experiencias y convivencia entre cada una de las personas que se encuentran aquí presentes.

Reconocemos, Sr. Gabriel Morales Piña representante de los accionistas, quien con su presencia nos alienta a festejar el decimo aniversario de esta planta en donde hemos aportado en su expansión, enriquecimiento y desarrollo.

Empresa.
Que en el día de hoy no s ayudas a sobrevivir en el mundo, que gracias a ti se han producido empleos y no solo eso alegras, recuerdos y grandes experiencias así como grandes amistades que tal vez nunca se olviden.

Accionistas, representantes, gerentes y secretarios.

Ho y algunos con acto de presencia les agradecemos nosotros los trabajadores de esta planta su gran comprensión y agradecemos por sus sabios consejos para poder llevar adelante el desarrollo de esta planta llamada Panasonic, ustedes quienes han sabido como instruir, conducir y llevar hasta la sima la calidad de está.

Compañeros trabajadores.
Muchos iniciados desde el día 14 de Diciembre del año 1999, hoy con acto de presencia de la mayoría lo único que puedo decir que nosotros los mas importantes, y porque los mas importantes porque nosotros somos la mano de obra aquella que hace avanzar a esta gran empresa, porque sin nosotros no avanzaría y no se desarrollaría, gracia s a ustedes que con su gran experiencia a los nuevos integrantes los guían y los aconsejan para llevar acabo el mejor trabajo y que nos inspira para dar el mejor y el mayor de nuestros esfuerzos. Ustedes que no solo son compañeros de trabajo sino que ah ora son grandes amistades.

Hoy nosotros orgullosos por nuestro esfuerzo festejamos con gran gratitud este decimo aniversario de la planta Panasonic. Orgullosos ya que cada uno a puesto su grano de arena en su desarrollo.

Felicidades Panasonic
Felicidades compañeros de trabajo

Y gracias por su atención.

lunes, 9 de noviembre de 2009

trabajos de comunicacion












Forma y realidad de la democracia en México
Ensayo

Introducción

Aunque en los últimos diez o quince años México ha dado importantes
pasos hacia la celebración de elecciones libres y las libertades políticas, aún hay
muchos obstáculos para la democracia en el país. Por ello, vale preguntarse:
¿En qué medida México es democrático?
Con miras a responder esta pregunta, un equipo de investigación interdisciplinario
y políticamente independiente llevó a cabo una evaluación de la
democracia en México, siguiendo la metodología formulada por el Instituto
Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral (IDEA, 2002a)3. Esta
metodología se basa en evaluaciones cualitativas realizadas por expertos nacionales
en y del país evaluado. No es únicamente de carácter académico, ya
que busca fomentar el debate público sobre la forma de mejorar la democracia
en ese país; es decir, es una metodología orientada a la acción. Hemos de tomar en cuenta todos los principios, reflexiones y datos históricos que hasta aquí hemos expuesto para apreciar y valorar la vida política en nuestro país. Como lo dijimos en un principio, vamos a situarnos en una perspectiva filosófico-política, en la que podamos juzgar serena y objetivamente los hechos, ajenos a toda posición partidarista.

El informe contiene, en sendas secciones, lo siguiente:
1. No existe la democracia perfecta
2. La metodología de IDEA
3. Historia
4. Pablo González Casanova
5. La democracia en el siglo XVIII al siglo XX

No existe la democracia perfecta.

La democracia no es una cuestión de todoo nada, sino más bien un continuum. Los países son más o menos democráticos,
y a menudo son más democráticos en algunos aspectos y los son menos
en otros. Bajo esta concepción, es válido preguntar: ¿Qué tan democrático
es nuestro país y su gobierno? Para dar respuesta a esta pregunta central, es
necesaria una clara visión de la democracia y sus instituciones, así como de su
contexto social y económico, junto con conocimiento empírico de la situación
nacional bajo revisión.

Metodología de IDEA.

De acuerdo con la metodología de IDEA, hay dos principios democráticos
básicos: el control popular sobre la toma de decisiones públicas y sobre los que
toman tales decisiones, y la igualdad entre los ciudadanos en el ejercicio de ese
control. Para aplicar estos principios se requiere un conjunto
de valores mediadores. Éstos son: participación ciudadana, autorización (a los
gobernantes para que tomen decisiones colectivas), representación, rendición
de cuentas, transparencia, capacidad de respuesta gubernamental, y solidaridad.
Es a partir de estos valores que las instituciones de gobierno representativo
derivan su carácter democrático; y estos valores pueden utilizarse, a su vez, para
evaluar en la práctica cuán democráticamente funcionan las instituciones.



Historia
Durante el porfiriato, se institucionalizó en México un curioso fenómeno político: el de los gobiernos personalistas de los presidentes en nombre de la constitución, pero al margen de la misma. El jurista mexicano Emilio Rabasa le llamó "la Constitución y la dictadura".

El estado mexicano parecía definitivamente configurado en estos años como un típico estado de derecho liberal-burgués. Pero había una inmensa distancia entre el formalismo jurídico que aparecía en la letra de la constitución y la realidad política y socio-económica del pueblo mexicano. Esta realidad, desbordante en sus exigencias de justicia social, chocó con el formalismo liberal y rompió sus moldes en la revolución de 1910. Durante muchos años se dio en México una sangrienta lucha armada entre diversos grupos que ya no buscaban tanto la forma de gobierno como dar cauce legal a las aspiraciones de justicia y bienestar económico de los grandes grupos de obreros y campesinos. Al cabo de seis años de violentas pugnas, se reunió al fin un congreso constituyente en Querétaro que, bajo la égida de Venustiano Carranza, promulgó al fin una nueva Constitución el 5 de febrero de 1917. Esta ley fundamental reconocía, por vez primera en el mundo, los derechos de los trabajadores como clase social, en sus artículos 27 y 123.

Con esta nueva constitución, el estado mexicano, sin dejar de ser un estado de derecho, asumía la forma de un estado social de derecho y ya no liberal. Parecía abrirse para el pueblo mexicano una fundada esperanza de que al fin habría coherencia entre los textos constitucionales y las aspiraciones de libertad política y de equitativo reparto de la riqueza. Por desgracia, las viejas prácticas de dictadura constitucional siguieron adelante con los gobiernos revolucionarios y se ha ido consolidando, en las últimas décadas, un presidencialismo de gran intensidad, que aprovechando la constitución va más allá de ella y la transforma según los planes y requerimientos de la política del presidente en turno.

Así, el estado mexicano, surgido desde la época de la independencia como fruto de duras y sangrientas luchas, ha llegado a ser --al menos en la letra del texto constitucional-- un estado democrático, representativo y federal. Pero, la realidad mexicana, ¿responde a ese esquema jurídico-político? Aquí cabría distinguir entre el derecho político y la sociología política mexicana,.

Pablo González Casanova

El sociólogo mexicano Pablo González Casanova, en sus interesantes libros La democracia en México y México, hoy, ha puesto de relieve la enorme disparidad entre los factores reales del poder y la democracia formal que aparece en, la constitución. Cabría referirse a ellos para tener una idea clara del problema, aun cuando no se acepten todos los supuestos y conclusiones del sociólogo.

La democracia en el siglo XVIII al siglo XX
Haciendo una reflexión acerca de la democracia en nuestro país, podemos ir recordando y ponderando cómo se ha formado y desarrollado a lo largo de los años. La democracia, en cuanto régimen de plena libertad política y de responsabilidad ciudadana, que supone la edad de la razón y de la madurez, no existía, ni podía existir, en los comienzos de la independencia. El pueblo mexicano, acostumbrado a trescientos años en los que no tuvo voz ni voluntad propias, no podía súbitamente despertar a la vida democrática. Por muchos años siguió siendo un menor de edad al que no le quedaba otra cosa que "callar y obedecer". Permanecía al margen de las luchas políticas y constituía la gran mayoría silenciosa. Venían realistas e insurgentes, monárquicos y republicanos, federalistas y centralistas, liberales y conservadores, liberales puros y moderados, partidarios de la dictadura presidencial y enemigos de la misma, y el pueblo, con sus clases trabajadoras y clases medias, casi no participaba en esas luchas. Eran luchas de grupos y facciones.

Así permaneció hasta 1867, cuando triunfó definitivamente la república y se instauraron las dictaduras constitucionales. En ese largo periodo, de cerca de medio siglo, la situación política del pueblo mexicano siguió siendo más o menos la misma: de espectador pasivo de las luchas de las oligarquías que trataban de conquistar el poder, juaristas, lerdistas, porfiristas. En ese tiempo, un alto funcionario acuñó la cínica, pero realista frase: "si las elecciones no las hace el gobierno, ¿quién las va a hacer?" No había partidos políticos bien estructurados y con programas definidos y prácticos, que expresaran el verdadero sentir del pueblo. Los partidos que se estilaban entonces eran grupos que se formaban desde las alturas del poder público, para la conquista del poder, y que expresaban, tan sólo, las ambiciones de las distintas facciones que se movían dentro del ambiente gubernamental. El pueblo seguía siendo la eterna mayoría silenciosa.

Durante los treinta años del porfiriato, el pueblo mexicano permaneció, más que nunca, al margen de la vida política. El dictador había instaurado una política de conciliación nacional que había traído paz y seguridad para el país. Y además, una brillante prosperidad económica. Había "poca política y mucha administración". Los altos funcionarios de la federación eran designados, personalmente, por el presidente de la república, y lo mismo la mayoría de los gobernadores. Había, nominalmente, algunos partidos políticos, pero seguían siendo los mismos grupos organizados desde el poder; y en todas las elecciones triunfaba el partido oficial. El grupo realmente gobernante era el de los "científicos", grupo íntimamente allegado al general Díaz. Si llegaba a haber alguna pequeña oposición, era aplastada implacablemente.

Cuando en 1908 el periodista norteamericano Creelman entrevistó al presidente Díaz le hizo, entre otras, la pregunta de si consideraba que el pueblo mexicano estaba maduro para la democracia. Y el general Díaz dijo que sí y que él daría garantías para que la opinión pública se pudiera expresar con toda libertad. Pero en las elecciones de 1910 volvió a realizarse la misma imposición oficial de siempre: volvió a triunfar el propio Díaz y el candidato que él imponía para vicepresidente, Ramón Corral. Esto desbordó la copa de la ira popular y fue causa --entre otras muchas-- de la revolución de 1910.

A la caída del general Díaz (su renuncia fue en mayo de 1911), sobrevino en México un corto periodo, casi único en su historia, de verdadera democracia. Fue el periodo maderista, de 1911 a 1913. En ese periodo el pueblo mexicano pudo expresar libremente su voluntad y llevar a las cámaras del Congreso de la Unión a genuinos representantes suyos. Por lo menos en el aspecto político brilló fugazmente la democracia en nuestro país. Pero el brillo fue efímero. Pronto el traidor general Victoriano Huerta usurpó la presidencia de la república, mandó matar al presidente Madero y al vicepresidente Pino Suárez, y restauró las prácticas dictatoriales.

Contra Huerta se levantó Venustiano Carranza, en nombre de la legalidad. Otros caudillos revolucionarios surgieron por diversas partes: Villa, Zapata, Obregón. La lucha armada se generalizó en casi todo el territorio mexicano. Al fin se impuso la facción carrancista y convocó al congreso constituyente de 1916. En 1917 se promulgó la nueva Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos. En ella se proclamaba, en términos solemnes, que México era una república democrática, representativa y federal. Y se decía que "la soberanía reside esencial y originalmente en el pueblo". En esta época de lucha armada, el pueblo permanecía, como siempre, marginado. La lucha era entre las facciones revolucionarias.

Con la promulgación de la Constitución de 1917 y la presidencia de Carranza hubo un cierto intento de orden constitucional y de vida democrática. En realidad siguió el predominio de los caudillos: primero fueron los del grupo sonorense, De la Huerta, Obregón y Calles; después, el de Michoacán, con Lázaro Cárdenas. Calles, hábilmente, unificó a los diversos grupos políticos revolucionarios y les dio, en 1929, un partido oficial que los representara: el Partido Nacional Revolucionario. Y desde entonces ha seguido siendo el partido oficial, el partido del gobierno mexicano, aunque ha ido tomando diversos nombres a lo largo de más de 50 años de hegemonía.

A partir del gobierno del general Manuel Ávila Camacho la revolución mexicana entró en una etapa de mayor tranquilidad e institucionalización, que ha perdurado hasta nuestros días. En esta agitada vida política de México en el siglo XX, los intentos democráticos del pueblo mexicano han sido numerosos, pero no siempre han tenido el éxito que esperaban. Sigue vigente la antinomia entre la democracia formal --la que aparece en los textos constitucionales y legales-- y la democracia real, la que se da de hecho en la vida de la sociedad mexicana. Un minucioso análisis sociológico y político del funcionamiento del gobierno mexicano y de los procesos electorales nos permitirá, en cada caso, resolver si hay armonía o antinomia entre lo formal y lo real en la democracia nacional.